Maestros y Estudiantes: una Amistad Preciosa

Nuestro rol de maestros es muy abarcante, no se limita a nuestra hora de clase, cada alumno debe ser atendido de la mejor manera posible en todos los aspectos, a fin de aumentar su probabilidad de éxito en su programa escolar.

Inter-American August 7, 2019

He tenido el privilegio de estar desempeñándome como docente de instituciones adventistas durante 34 años. Me jubilé en Julio de 2015; pero no he dejado del todo la docencia ya que sigo asesorando alumnos de universidad y educación media superior (bachillerato) en el área de matemáticas, así como clases en línea de matemáticas aplicadas a la administración.

Los años que han marcado mi vida como maestra, fueron los que trabajamos en instituciones con internado, ya que allí se tiene la oportunidad de convivir como familia con los alumnos, de tal forma que llega el momento en que los alumnos nos llaman papá o mamá porque eso llegamos a ser para ellos.

Vienen a mi mente los nombres de cinco alumnos que llegaron de Guinea Ecuatorial a la Universidad de Navojoa en Sonora, México, los cuales acogimos en nuestra familia como si fueran hijos propios. Son Jesús Bochita (ingeniero en sistemas computacionales), Rambé (pastor), Trini Solzona (maestra de matemáticas), Sonia (maestra de psicología) y Prisca (diseño gráfico). Estando tan lejos de su casa, ellos no fueron a visitar a sus familias durante los 5 años, hasta lograr el objetivo por el cual habían venido: terminar sus carreras y volver a su país para desempeñarse en sus profesiones.

Teníamos con ellos en ocasiones recepción o despedida de sábado para después tomar una merienda juntos, actividades de obra misionera, idas a la playa, campamentos, deportes, etc. Todo este tipo de acompañamiento y convivencia hizo que nuestro aprecio hacia ellos fuera en aumento. Hasta la fecha tenemos contacto con ellos. Dios ha permitido que ellos formen sus hogares en su país y fuera de él y se desempeñen en sus profesiones poniendo en alto los principios adventistas.

Otro ejemplo que me viene a la mente es Esther Osnaya, madre de familia, que en los primeros días de clases yo la notaba muy nerviosa. Me acerqué a ella para indagar acerca de su inquietud evidente. Me dijo que tenía muchos años que no estudiaba y que no se acordaba de nada. Le dije que Dios prometió sabiduría en abundancia a aquel que se la demande. Tengo el siguiente plan, le dije. Te propongo estos 3 pasos:

  1. Vamos a pedirle a Dios sabiduría diariamente.
  2. Como primer trabajo del día estudiarás la Biblia.
  3. Te daré asesorías de lunes a viernes de 10 am – 12 am.

Después de poner en práctica nuestro plan, los resultados en los demás parciales fueron muy diferentes y al final del semestre recuperó su calificación del primer parcial. Su calificación final fue de 95 en matemáticas aplicadas a la administración y en los semestres subsecuentes ya no tuvo problemas con mi clase ni con las demás.

Nuestro rol de maestros es muy abarcante, no se limita a nuestra hora de clase, cada alumno debe ser atendido de la mejor manera posible en todos los aspectos, a fin de aumentar su probabilidad de éxito en su programa escolar.

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    2 comments

  • | August 7, 2019 at 1:09 pm

    La profesora M. L. Monarrez y su esposo, Prof. A. Armenta han sido una inspiración desde mis años en Navojoa hasta hoy. Dios siga inspirándonos con docentes adventistas tan dedicados como ellos.

    • | August 7, 2019 at 2:55 pm

      ¡Qué hermoso comentario! Que Dios te bendiga.

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